Los activistas denuncian las condiciones en las que se mantiene a la orca, añadiendo que es explotada para los espectáculos circenses y también para la comercialización de su semen, con el fin de lograr la reproducción de otras orcas en cautiverio.
"Es la única orca cautiva en toda Latinoamérica y ese dudoso honor lo tenemos en Argentina. Es una vergüenza", ha expresado Malala Fontán, miembro de la asociación.