Objetivo incumplido. OPINIÓN: Ricardo Ramírez

En el fútbol como en la vida hay alegrías y tristezas. El pasado día viernes, once guerreros dirigidos por César Farías mantenían la fe, la esperanza de poder cumplir algo que se veía imposible, que sí se lograría sería un milagro e iban así al encuentro ante Paraguay en Pueblo Nuevo, a luchar para poder seguir creyendo en el milagro, a luchar por treinta millones de almas que creen en esta selección y la han apoyado durante todo el proceso de eliminatorias. 

Los primeros minutos del encuentro fueron de total ilusión para los nuestros, jugando a un fútbol esplendido pero como ha sido en todo el transcurso de este pre-mundial, con poca definición. Llegó de repente un gol que cambió todo, que golpeó anímicamente a Venezuela. En los minutos finales con la entrada de Luis Manuel Seijas y el gol de éste se creyó que se podía remontar el partido, pero ya todo era complicado. Un empate (1-1) que eliminó matemáticamente a nuestra selección. 

Hace un año, millones de venezolanos pensábamos que el pasado día viernes iba a ser el día en el que todos celebraríamos, en el que el pueblo saldría a la calle a festejar por primera vez la clasificación a un mundial de fútbol. Pero no, un año después, sucede todo lo contrario, nos encontramos con caras de tristeza. 

Se hizo lo que se pudo ante selecciones como Argentina, Colombia, Chile, Ecuador, Uruguay, selecciones que están acostumbradas a ir a un mundial y que incluso protagonizan un papel importante dentro del torneo. Pero eso no es excusa, Farías fracasó en estas eliminatorias, el técnico prometió clasificar a Venezuela al mundial y no lo logró, por eso, él debe de renunciar y dar paso a un nuevo técnico que venga con nuevas ideas, alguien que tenga experiencia en este tipo de eliminatorias, que sepa como liderar un grupo, que sobre todo, lo más importante, crea una identidad de juego. Pero ese cambio debe de realizarse lo más pronto posible, para que el nuevo técnico tenga el tiempo necesario para trabajar con esta selección pensando en la Copa América Chile 2015 y obviamente, el proceso de eliminatorias Rusia 2018. 

Ahora surgen diversas preguntas: ¿Qué hubiese pasado si contáramos con los tres puntos que se nos escaparon en los últimos minutos en La Paz? o ¿qué hubiese ocurrido si hubiésemos ganado los partidos directos como local ante Uruguay, Chile y Ecuador? quizás y obtendríamos los puntos necesarios para estar por lo menos, en el repechaje de estas eliminatorias, que en mi opinión son las más difíciles del mundo. 

Pero no es tiempo de lamentarnos, es tiempo de trabajar por lo que se viene. Un futuro que genera buenas sensaciones, con jugadores jóvenes y experiencia en Europa como: Josef Martínez, Yohandry Orozco, Alexander González, Fernando Aristeguieta. Además, contamos con un Rómulo Otero que si sigue haciendo el trabajo que viene realizando, muy pronto estará en Europa y claro está, los jugadores mundialistas de la Sub 17. 

A pesar de todo, hoy la Vinotinto creó algo que antes ni existía, y que como vemos en la imagen muestra la realidad del día a día, hoy todos somos vinotinto, hoy todos sentimos un profundo amor hacia nuestra selección. Y simplemente hay que decir gracias, gracias por unir a un país divido en cada partido que jugaste, gracias por luchar ante la adversidad y darlo todo en la cancha. Hoy el fanático de esta selección debe de levantar la cara porque nunca más Venezuela será la cenicienta de Conmebol y por eso hay que seguir apoyando hasta cumplir el objetivo, por eso, hay que seguir venciendo a la historia. ¡Vamos Vinotinto! 

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