
El polémico proyecto había sido aprobado por el Congreso en mayo del año pasado, con 72 votos a favor, uno en contra y nueve abstenciones; es decir, fue consensuado entre el oficialismo y la oposición. Las principales voces en contra señalaron que el concepto de "cumplimiento de su deber" es demasiado abstracto y subjetivo.
En su momento, el autor de la iniciativa, Octavio Salazar, un fujimorista y ex efectivo de la Policía Nacional, defendió que la ley permitiría que los agentes "ya no tuvieran temor de enfrentar a los delincuentes" y de usar su arma debido a los procesos engorrosos a los que se tienen que enfrentar luego. Antes de la modificación, en caso de herir o matar, los policías enfrentaban un sumario.
"No es una carta blanca para que los policías maten a los ciudadanos ni mucho menos", pues existe un protocolo para que apliquen la fuerza letal, argumentó, por su parte, el también fujimorista Pedro Spadaro. "No se debe pensar que, por una norma, el policía va a salir a matar a personas que ejercen su libre derecho a la protesta", agregó.
El presidente de la Asociación de Propietarios Legales de Armas de Fuego, Rodrigo López, criticó: "Esto abre la puerta a que policías puedan tener una navaja, un palo, una piedra. Lo más importante es que incluye el arma propia".