(ABC) El Comunicado de Ginebra es el acuerdo que se firmó el 30 de junio de 2012. En él se determina que «cualquier acuerdo político debe incluir una transición que ofrezca la posibilidad de que el futuro pueda ser compartido por todos en Siria, pueda ser implementado en un ambiente de seguridad y sea fiable». Además, recoge que para que se garantice dicha transición se tiene que establecer «un organismo de gobierno con amplios poderes ejecutivos que incluya a miembros del gobierno y de la oposición».
Por otro lado, en el documento se cita literalmente la necesidad de que se establezca un «diálogo nacional significativo», con la revisión del sistema constitucional y legal y se celebren elecciones «libres y justas» para establecer nuevas instituciones y organismos.
El secretario general de la ONU , Ban Ki Moon, asegura que esta declaración es «el marco internacional pactado para poner fin al conflicto», la base que servirá para que las partes invitadas se reúnan en Montreux y los bandos sirios «comiencen las negociaciones en Ginebra».
¿Cómo se llega a Ginebra 2?
Hay que remontarse a junio de 2012, momento en el que
Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido y Francia -los cinco miembros
permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU- y otros estados claves acuerdan en Ginebra
llamar a un gobierno de transición en Siria. Es ahí cuando se firma el llamado
Comunicado de Ginebra, documento calificado de «hoja de ruta» para una nueva
Siria.
Sentadas las bases, Rusia y EE.UU., con la ayuda del
mediador para el conflicto, Lajdar Brahimi, centran su objetivo en conseguir
que la reunión dé sus frutos. En mayo de 2013 el secretario de Estado de
EE.UU., John Kerry, hace públicos los esfuerzos que se están llevando a cabo
para instaurar un gobierno de transición en Siria. Sus declaraciones llegan
sólo un día después de su reunión con su homólogo ruso, Serguei Lavrov, y con
el presidente Vladímir Putin para tratar de alcanzar una postura común de ambos
países sobre el conflicto. En ese encuentro Lavrov y Kerry propusieron celebrar
una conferencia internacional para el «arreglo político» del conflicto, en el
que participarán representantes del régimen del presidente Bashar al Assad y de
la oposición.
A finales de ese mes, los dos líderes se reunieron en
París para analizar la puesta en marcha de los preparativos para la conferencia
internacional. Kerry asegura en ese momento que esta reunión se basará en el
Comunicado de Ginebra. Es ahí cuando comienzan a dibujarse los participantes y
las primeras tensiones: el régimen sirio anuncia estar dispuesto a acudir a la
conferencia, Moscú considera «imprescindible» la presencia de los vecinos de
Siria, entre ellos Irán, algo a lo que se opone EE.UU., quien acusa a Teherán
de suministrar armamento a Assad.
Con todo, la vía diplomática vive su punto de
inflexión con el ataque con armas químicas perpetrado por el régimen de Assad
cerca de Damasco en agosto de 2013. En ese momento, traspasada la «línea roja»
impuesta por Obama como límite para plantearse una intervención en territorio
sirio, se intensifican las reuniones para evitar tan delicado escenario.
Finalmente, el 14 de septiembre, Kerry y Lavrov anuncian en Ginebra un
acuerdo-marco por el que Assad destruirá su arsenal químico y EE.UU. excluye
del proyecto de resolución que presentará en la ONU la opción de una solución militar en Siria.
Bashar al Assad acepta el plan y ese mismo mes el
Consejo de Seguridad de la ONU
adopta la resolución para destruir el arsenal químico sirio y para convocar «lo
más pronto posible» una conferencia internacional sobre Siria con el propósito
de implementar el Comunicado de Ginebra.
Finalmente, tras muchas idas y venidas de fechas, el
secretario general de la ONU
anunció en noviembre del año pasado que la reunión tendría lugar el 22 de enero
en Ginebra. En ese momento subrayó que el objetivo de dicho encuentro será el
de impulsar la declaración adoptada por las principales potencias en junio de
2012 llamando a un gobierno de transición.