
"Maduro se autodefine como un obrero, pero viola los derechos de los trabajadores. Ha sido un gran fracaso a efectos de garantizar los derechos humanos en el país". Así de contundente es la opinión de Marino Alvarado, coordinador general del Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (Provea), al referirse al estilo de conducción del actual presidente venezolano.
"El Gobierno es consciente de las violaciones a los derechos humanos, las tolera y las aplaude como en el caso de la Guardia Nacional Bolivariana, que el año pasado tuvo 60 casos de violaciones de la integridad personal. Y es más grave aún porque la fiscal general y la defensora del pueblo han sido cómplices", afirmó Alvarado durante la presentación del informe anual de 2013 de Provea.
Con respecto a los derechos civiles y políticos, el titular de Provea señaló que la criminalización de la protesta se volvió sistemática: hasta diciembre de 2013 aproximadamente 3.000 personas habían sido sometidas a procesos penales por protestar, a lo cual hay que sumar otras 3.081 en las 98 jornadas que llevan las protestas en toda la nación. Aunque lo peor son los 44 fallecidos que ya acumulan las revueltas este año.
"Nos preocupa mucho el futuro de los derechos humanos por la implementación de la doctrina de seguridad nacional, que incluye el concepto de enemigo interno y en definitiva privilegia los intereses del país por encima de los intereses de los ciudadanos", advirtió Alvarado. Este sombrío panorama se complica más aún si se tiene en cuenta la progresiva restricción de la tutela judicial y el permanente hostigamiento a los defensores de derechos humanos.
El titular de Provea está convencido de que el aumento de la represión corresponde a la consolidación de una tendencia: "Las protestas no se detendrán, porque el Gobierno empuja a la sociedad a la desobediencia civil", según publica el periódico El Nacional.
El coordinador de investigación de Provea, Rafael Uzcátegui, ofreció otras explicaciones para entender el preocupante escenario: el denominado Plan de la Patria, propuesto por Chávez y ejecutado por Maduro, se aleja del modelo de país establecido en la Constitución. Allí se pretende la inclusión social, pero con exclusión política, y hay un reforzamiento del militarismo.