
El proyecto de ley 'Libertad en EEUU' es la respuesta del Congreso al presidente Barack Obama, quien se ha comprometido a reformar la NSA después de las escandalosas revelaciones de espionaje norteamericano a nivel local e internacional efectuadas por el exconsultor y fugitivo Edward Snowden el año pasado.
La NSA no podría obligar más a las operadoras estadounidenses a liberar de forma continua todos los metadatos (tiempo, duración, número marcado) de las llamadas realizadas en sus redes.
En virtud de la reforma, el FBI y la NSA deben obtener primero una orden individual expedida por el tribunal secreto dedicado a las escuchas, el Tribunal de Vigilancia de Inteligencia Extranjera (FISC), sobre la base de una sospecha "razonable", antes de reclamar declaraciones de un número determinado.
Las condiciones para la obtención de datos que no sean de voz también se hacen más estrictas, pero en menor medida.
Pero después de las conversaciones a puerta cerrada entre líderes de la Cámara y el gobierno, se han modificado muy pocas líneas técnicas el martes en comparación con la versión aprobada por unanimidad en comisión el 8 de mayo. La Casa Blanca dijo el miércoles que apoya plenamente la nueva versión.
Una definición fundamental es la de "término específico de selección": en otras palabras, el término que describe el objetivo de la vigilancia. En la versión original, este término debe identificar específicamente "una persona, cuenta o entidad".
Ahora, la definición no es exhaustiva y podría teóricamente, según las ONG, designar ya sea no sólo una sola persona, sino también un código postal, o todos los clientes que utilizan el mismo router.
"Nada en esta ley impide al Estado declarar que quiere obtener información sobre los mensajes de correo electrónico de todo el mundo, por ejemplo, en Salt Lake City", dijo a la AFP Harley Geiger, experto del Centro para la Democracia y la Tecnología.