
Unas 150 personas desafiaron el toque de queda y siete fueron arrestadas. Los manifestantes se negaron a dispersarse antes de la medianoche (05:00 GMT) y la policía les lanzó bombas de humo.
El oficial a cargo dijo que otro hombre había recibido un disparo durante las últimas protestas y se encontraba en estado crítico. No estaba claro quién le disparó.
"Nuestro deber primero es mantener la paz. Esto es una prueba. Los ojos del mundo nos están observando", había asegurado previamente el gobernador Nixon. "No podemos permitir que la enfermedad de unos pocos mine la buena voluntad de la mayoría".
El gobernador además informó que el Departamento de Justicia está reforzando la investigación del tiroteo en que murió Brown.