(EL TIEMPO) - La muerte del colombiano Yessy Plata Angarita, de 31 años, la mañana del pasado miércoles, presuntamente a manos de miembros de la Guardia Nacional venezolana cuando, al parecer, se dedicaba a transportar mercancías por una de las trochas que comunican el municipio de Villa del Rosario (Norte de Santander) con San Antonio, en el estado Táchira, reveló la complicada situación que se vive en la región fronteriza, derivada de los controles del contrabando que ejercen las autoridades del país vecino.
La situación desató fuertes enfrentamientos entre comerciantes informales conocidos como maleteros y efectivos de Venezuela, en inmediaciones del puente internacional Simón Bolívar, el cual estuvo cerrado por más de cinco horas.
Richard Serrano, uno de los 150 maleteros que se sumaron a la protesta de rechazo por la muerte de su compañero, señaló que diariamente se ven abocados a los malos tratos de los uniformados.
Serrano exigió de parte del Gobierno Nacional un pronunciamiento ante “los excesos de la Fuerza Pública venezolana, que dispara indiscriminadamente contra los colombianos”. También pidió opciones de empleo formal que les permitan ejercer un trabajo legal.
De acuerdo con las versiones entregadas por personas del sector a la Policía Nacional, el disparo que recibió Plata Angarita sería de arma larga, tipo fusil, pero la información solo podrá ser corroborada luego del dictamen que entregue Medicina Legal.
“En las declaraciones manifiestan que personas con prendas militares habían disparado precisamente contra este hombre, que al parecer estaba transportando mercancía desde el vecino país”, afirmó el comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta, el coronel Jaime Barrera.
El alto oficial precisó que, en conjunto con la Fiscalía, se dispuso un grupo especial que efectúa la verificación de los hechos, entre ellos el lugar exacto para establecer si ocurrieron en territorio colombiano o venezolano, y así determinar cuál país tendrá la competencia de la investigación para esclarecer el caso, que ha llamado la atención.
La situación ya fue notificada a la Cancillería de Colombia, que se encargará de establecer, por vías diplomáticas, la comunicación con las autoridades del territorio vecino. Y se supo que seguirá el cierre nocturno de puentes internacionales.
Para evitar complicaciones en el orden público, personal antidisturbios de la Policía Nacional tuvo que ser desplazado hasta el sector.
Igualmente, otro grupo de policías controló el tránsito vehicular a la altura del templo histórico, en Villa del Rosario, ante la congestión que se generó durante las horas que duró el bloqueo del paso.
En medio de la protesta, dos personas resultaron heridas por impactos de perdigones lanzados por la Guardia venezolana, que fue atacada con piedras.
Continúan los cierres
La reciente manifestación de los maleteros se llevó a cabo a escasos días de que se cumpla un año de la orden dispuesta por el gobierno del presidente Nicolás Maduro, que estableció el cierre nocturno de los puentes internacionales a lo largo de los 2.219 kilómetros de la frontera con Colombia, como medida para contrarrestar el contrabando.
La restricción, que inicialmente fue prevista solo por 30 días, entre las 10 de la noche y las 5 de la mañana, y generó todo tipo de rechazo, se encuentra en vigencia desde el 11 de agosto del 2014.
Durante un encuentro en Cúcuta con autoridades de ambos países, en el marco de la estrategia binacional de lucha contra el contrabando, el general de la Guardia Nacional de Venezuela, José Noguera, precisó que todavía no se tiene conocimiento acerca de un eventual levantamiento de los cierres nocturnos, los cuales, según aseguró, sí han tenido un impacto positivo en las acciones de control sobre la extracción ilegal de productos desde esa nación.
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