
El diseñador europeo acusa a su colega japonés Kenjiro Sano de haber copiado su logo para un teatro en la ciudad belga de Lieja. Poco antes del conflicto por el anagrama, Tokio 2020 también generó titulares por el drástico aumento de los costos del nuevo estadio olímpico.
El gobierno se vio obligado por las críticas a repensar de nuevo el concepto. Ahora, Japón tuvo de nuevo que dar marcha atrás ante los problemas causados por el logotipo. Aunque el grafista nipón negó el plagio, admitió haber utilizado sin permiso material de Internet.