(ÚLTIMAS NOTICIAS) - El jueves 24 de junio de 2011, mientras en las calles y las redes sociales los rumores sobre la salud del mandatario nacional se colaban en un soplido de angustia, una sola voz oficial fue capaz de asomar lo que seis días después se confirmaría.
"Acompañemos al Presidente en esta gran batalla por su salud", expresó ese día el canciller Nicolás Maduro tras culminar una reunión con su homóloga colombiana María Enma Mejías, como para adobar la incertidumbre con una pizca de certeza.
Chávez, como lo contaría este 4 de julio desde el Balcón del Pueblo, ese 24 de junio salía, después de cuatro días, de la Unidad de Cuidados Intensivos del centro de salud habanero. En la capital cubana, días antes de que el Presidente se dirigiera al país en cadena para anunciar la presencia del cáncer, Maduro; el general en jefe, Henry Rangel Silva; y el gobernador de Barinas y hermano del mandatario, Adán Chávez, fueron los únicos que se vieron en una reunión transmitida en Venezuela el 1° de julio.
Todos estos episodios alrededor de la enfermedad de Chávez son signos que ubican a la figura del actual canciller en una dimensión distinta al resto del gabinete.
Desde mayo de 2011 forma parte de la directiva de Pdvsa, donde comparte funciones con el presidente de la Federación de Trabajadores Petroleros de Venezuela, Wills Rangel.Maduro consulta el I-Ching en los momentos espinosos (como el 11 de abril) y es seguidor de Sai Baba, quien nació en una fecha demasiado similar a la suya, como para no mencionarlo, como si hubiera sido el destino (ambos nacieron un 23 de noviembre, el primero de 1926 y Maduro de 1962).