(ACI)- El obispo Richard Williamson, el británico conocido por negar el Holocausto judío que fue expulsado por la Fraternidad Sacerdotal San Pío X (FSSPX-lefebvristas) en 2012 y que en 2009 había recibido el levantamiento de la excomunión que pesaba sobre él, ha incurrido nuevamente en esta pena canónica luego de ordenar a otro obispo en Río de Janeiro (Brasil) el pasado 19 de marzo.
Williamson fue uno de los cuatro sacerdotes que fueron ordenados obispos, sin autorización del Papa, en 1988 por el Arzobispo francés Marcel Lefebvre. Por ese hecho los cinco incurrieron en la pena canónica de la excomunión latae sententiae (automática) que fue levantada en el año 2009 por Benedicto XVI.
Si bien Benedicto XVI levantó la excomunión, en aquella oportunidad la Santa Sede precisó que la FSSPX “no goza de ningún reconocimiento canónico en la Iglesia Católica. Además los cuatro obispos, si bien ya no están excomulgados, no tienen una función canónica en la Iglesia y no ejercitan lícitamente un ministerio en ella".
Para un futuro reconocimiento de la Fraternidad San Pío X "es condición indispensable el pleno reconocimiento del Concilio Vaticano II y del Magisterio de los Papas Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I, Juan Pablo II y del mismo Benedicto XVI", indicaba la nota del Vaticano.
Williamson fue expulsado por la FSSPX en 2012 y el hombre al que ha ordenado obispo ayer, Jean-Michel Faure, fue expulsado en 2014 “debido a sus violentas críticas sobre las relaciones con las autoridades romanas”, afirman los lefebvristas.
Ambos han incurrido en la excomunión automática, establecida en el canon 1382 del Código de Derecho Canónico, como resultado de la consagración ilícita que se realizó en el Monasterio de la Santa Cruz en Nova Friburgo, una ciudad del estado brasileño de Río de Janeiro.
Sobre esta ordenación realizada sin mandato pontificio, el Obispo de Nova Friburgo, Mons. Edney Gouvea Mattoso, afirmó que ha sabido de ella “con gran tristeza” y señaló que “la ordenación episcopal ilícita es una desobediencia al Papa en un asunto muy grave, un tema de gran importancia para la unidad de la Iglesia que es la ordenación de obispos a través de la cual se perpetúa la sucesión apostólica”.
Para el Prelado “este acto ilícito y cismático ofrece a todos una ocasión para una reflexión profunda y para el compromiso de fidelidad a Cristo y a su Iglesia”.
La FSSPX también dio a conocer una declaración en la que “lamenta sinceramente” el espíritu de oposición del obispo Williamson que “ha llevado a una consagración episcopal”.
Para los lefebvristas, la ordenación que ha realizado el británico “pese a las afirmaciones de los dos clérigos involucrados, no se compara a las consagraciones de 1988 (que realizó el Arzobispo Lefebvre). Todas las declaraciones del obispo Williamson y del padre Faure prueban abundantemente que ya no reconocen a las autoridades romanas, excepto de forma retórica”.
Un experto en ética de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz en Roma, el P. Robert Gahl, explicó a CNA –agencia en inglés del grupo ACI– que “se puede esperar que cuando los tradicionalistas (lefebvristas) ven esta radicalización adicional de una parte del grupo se puede sentir la necesidad de lograr la unidad en la Iglesia”.
“Creo que algunos de ellos, a nivel personal, estarán horrorizados con esto y podría ayudarlos a ver la necesidad de la unidad con Roma, mientras que otros tal vez personalmente radicalicen su postura”.
Para el sacerdote, en esta ocasión Williamson tiene más responsabilidad moral que en las ordenaciones de 1988, cuando él fue quien recibió la ordenación.
“En este caso él está excomulgado por ser el que dirige, lo que hace que tenga una mayor responsabilidad en cuanto es él quien confiere el sacramento. Solo desde esa perspectiva esta ordenación conlleva una actitud más rebelde de desobediencia contra el Papa… definitivamente (Williamson) está endureciendo su postura”.