Palma de Oro, breve manual de fabricación

(FESTIVAL-CANNES) - Marc Couttet, director del departamento de Creación de Alta Joyería de Chopard, nos cuenta las diferentes etapas de creación de la Palme d'or, trofeo mítico fabricado por el joyero suizo Chopard. A continuación una breve explicación de las seis etapas principales, que necesitan de 40 horas de labor compartidas entre el joyero, el fundidor, el pulidor, el lapidario y el experto en serigrafía...

1- La palme consta de un tallo de donde surgen las hojas, y cuya base representa un corazón, un símbolo importante de nuestro apego por el cine. En 1998, partimos de un bloque de cera de joyería para esculpir, individualmente, el tallo y las tres hojas de distinto tamaño.


2- La palme de cera se coloca en el interior de un pozo lleno de yeso líquido. El yeso cubre la palma de cera, y a continuación esta es llevada al horno para endurecer el yeso y obtener una silueta en negativo.


3- A continuación añadimos granalla de oro (una especie de pepitas). Este oro, al ser fundido, se convierte en un líquido que rellena la silueta en negativo. Se trata de oro de 18 quilates, que es el de manejo más sencillo, con un 75% de oro puro y 25% de plata.


4- Esta versión "en bruto" es llevada a los talleres de la Maison en Ginebra. El joyero trabaja la materia con abrasivos cada vez más finos para revelar el brillo y obtener el resplandor de una joya de oro.

5- Finalmente, otra etapa importante, el trofeo es fijado en un zócalo de cristal de roca. Utilizamos un cristal puro de montaña, procedente de Suiza o Alemania, una masa bruta casi del mismo tamaño que un balón de fútbol.

6- El trofeo es colocado en un estuche.

A lo largo de la historia, la palme y sus materiales han evolucionado: del latón dorado a la plata en plaqué oro, y luego al oro de 18 quilates. Desde hace dos años, es elaborada con oro Fairmined, certificado "equitativo", procedente de las cooperativas de oro bajo el control de las ONG. "El oro es extraordinario, se trata de una materia prima inoxidable, imputrescible y siempre luminosa", declara Marc Couttet. El oro es el "metal de los ojos", o "el sudor del sol", como decían los egipcios y los mayas.

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