Fuentes de la Presidencia indicaron que la proclamación permitirá agilizar la utilización de los fondos oficiales, la concesión de préstamos a intereses preferenciales y controlar los precios de los alimentos en las zonas más castigadas, entre otras cosas. Las regiones de Mindanao (sur) y Visayas (centro) son las más castigadas por el tifón, que entró en el país con vientos sostenidos de 175 kilómetros por hora y copiosas precipitaciones.
El estado de calamidad se aplicó los primeros días en las provincias del Valle de Compostela, Davao Oriental y Surigao del Sur, en Mindanao, de donde son la casi totalidad de las víctimas mortales.
Los últimos datos del Consejo Nacional de Prevención y Respuesta a los Desastres incluyen 212.323 personas acogidas a 297 centros de evacuados y necesitan agua potable, alimentos, ropa y medicinas.
Aún siguen sin luz 35 municipios y continúan intransitables 16 carreteras y 18 puentes.