(AP) - Los disidentes cubanos, hasta ahora centro de las políticas de Estados Unidos hacia la isla, no será invitados al histórico izamiento de la bandera estadounidense que encabezará el viernes el secretario de Estado John Kerry en la nueva embajada de La Habana. Un vivo reflejo de cómo la política estadounidense ha cambiado su enfoque con respecto al gobierno unipartidista de la isla.
En lugar de ello, Kerry sostendrá una reunión de bajo perfil más adelante con algunos prominentes activistas, dijeron funcionarios.
El gobierno cubano considera a sus opositores locales como mercenarios traidores al servicio de Estados Unidos. En momentos en que los dos países se acercan para restaurar sus relaciones, Cuba casi ha dejado de reunirse casi completamente con políticos estadounidenses que visiten a los disidentes durante sus viajes a La Habana.
Eso significó un dilema para los funcionarios estadounidenses que organizan la ceremonia de reapertura de la embajada frente al malecón de La Habana. De invitar a los disidentes hubieran corrido el riesgo de un boicot por parte de las autoridades cubanas, incluidas aquellas que negociaron con Estados Unidos desde que los presidentes Barack Obama y Raúl Castro declararon la distensión el 17 de diciembre. Excluir a los disidentes sin duda provocará fuertes críticas de los opositores a las nuevas políticas de Obama, incluido Marco Rubio, aspirante a la nominación republicana a la presidencia, quien es de ascendencia cubana.
Funcionarios cercanos a los planes para la primera visita de un secretario de Estado en funciones a Cuba desde la Segunda Guerra Mundial, señalaron a The Associated Press, que Estados Unidos planea una solución negociada. Los disidentes no serán invitados en la embajada el viernes por la mañana, pero un pequeño grupo se reunirá con Kerry durante la tarde en la casa del embajador, donde habrá otra ceremonia de izamiento de bandera con menos fanfarrias.
"Es un momento entre los dos gobiernos, con un espacio muy limitado, por cierto, es por eso que realizaremos más tarde la recepción, en donde podremos tener a varios sectores de la sociedad civil, incluyendo algunos disidentes", señaló Kerry a la cadena Telemundo la tarde del miércoles.
"El mensaje es, primero, que creemos que nuestro compromiso con las relaciones diplomáticas directas directamente con el gobierno cubano presente, ser capaces de interactuar con el pueblo cubano, ayudará, de hecho, a la gente de Cuba", subrayó.
Reunirse con detractores del gobierno en la embajada habría puesto en riesgo el nuevo espíritu de cooperación que Estados Unidos pretende engendrar, de acuerdo a los funcionarios, que hablaron bajo condición de anonimato debido a que no cuentan con autorización para declarar sobre el tema de manera pública. Pero el no reunirse con ellos en ningún momento también habría enviado una señal igualmente negativa.
"No sería una sorpresa que la diplomacia norteamericana priorice los contactos con el gobierno de Cuba; es lo normal", señaló Elizardo Sánchez, presidente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, un grupo disidente. "Si nosotros llegamos (ellos) se marchan".
El gobierno de Obama señaló que están movilizándose rumbo a la normalización de las relaciones con Cuba luego de que en más de 50 años de hostilidad no se logró derrocar al gobierno socialista. Al tratar directamente con Cuba asuntos que van desde los derechos humanos hasta el comercio, es mucho más posible que se produzcan reformas democráticas y de libre comercio a largo plazo, señalan los funcionarios estadounidenses.
Disidentes destacados señalaron a la AP el martes por la tarde no han sido invitados a ninguno de los eventos del viernes.
El diario en línea de la disidente Yoani Sánchez, 14ymedio, no ha recibido respuesta a su solicitud para una acreditación de prensa con el fin de asistir al izamiento de bandera de Kerry, dijo su director Reinaldo Escobar, esposo de Sánchez.
"Creo que lo correcto sería que, a pesar de que nosotros no estemos de acuerdo, se nos invite y se escuche nuestra voz. Eso es lo correcto", señaló Antonio Rodiles, presidente del grupo disidente Estado de SATS. "Me sorprendería que no nos invitaran. Si me invitan digo bueno, me alegro, pero no me sorprendería tampoco si no nos invitan".
En una carta dirigida el martes a Kerry, Rubio nombró a Rodiles como uno de los disidentes que el secretario de Estado debería invitar a la embajada.
"Debería reunirse con los valientes líderes que luchan por liberar a Cuba e invitarlos a la ceremonia que presidirá en la nueva embajada estadounidense", escribió Rubio. "Ellos, entre otros, y no la familia Castro, son los representantes legítimos del pueblo cubano".
La cautelosa postura del gobierno es consistente con la manera en la que Obama ha manejado el asunto del respaldo a los disidentes desde que él y Castro anunciaron un intercambio de prisioneros en diciembre pasado, junto con sus intenciones de ampliar una mejora en sus relaciones. El proceso derivó en algunos pasos unilaterales por parte de Obama para aliviar el embargo económico a la isla y la transformación formal el mes pasado de las "secciones de interés" de ambos países en embajadas.
Cuando la diplomática Roberta Jacobson sostuvo conversaciones en la Habana en enero pasado, se reunió con varios detractores del gobierno hacia el final de su histórico viaje, pero fue mesurada en sus críticas al gobierno. Desde entonces, los políticos estadounidenses han viajado constantemente a La Habana para conocer el país, reunirse con los nuevos empresarios y conversar con líderes del gobierno socialista sobre la posibilidad de que Estados Unidos ponga fin a su embargo.