(FESTIVAL-CANNES) - Western spaghetti. Al padre del género, Sergio Leone, no le gustaba ese nombre. Y sin embargo, fue su obra la que le dio a conocer. Este año, el Festival celebra los cincuenta años del western italiano con La muerte tenía un precio (Per qualche dollaro in più), el segundo capítulo de La Trilogía del dólar.
Los ojos entreabiertos y la mano sobre el revólver, el tradicional personaje del cowboy andando por las planicies áridas del desierto del Oeste. Sergio Leone puso mucho de su persona en este género. Más barroco, más violento, enemigo de los códigos y arquetipo del antihéroe mal afeitado y siempre preparado para disparar.
En la pantalla, el primero de esos cowboys a la italiana se llamó el Forastero, el Hombre sin nombre. Clint Eastwood encarnaba el personaje, con el poncho al hombro y un cigarro en la boca. En La muerte tenía un precio (Per qualche dollaro più), es un cazador de recompensas que se asocia con un adversario para arrestar al Indio, un malvado bandido que se escapó de la cárcel.
