(EL NACIONAL) “La designación de María Corina Machado como
‘representante alterno’ de Panamá es un formalismo, una cortesía de ese país
para que la legisladora pudiera tener asiento en la representación de la nación
centroamericana ante la
Organización de Estados Americanos”, dijo Milos Alcalay, ex
embajador de Venezuela ante Naciones Unidas
Señaló que la parlamentaria recibió el mismo
tratamiento que otros movimientos de oposición cuando se le ha impedido el
diálogo y la libre expresión en su país.
Citó ejemplos como el de la oposición de Bosnia
Herzegovina en la ex Yugoslavia y, más recientemente, la de Siria ante el
Consejo de Seguridad de la
ONU. Recordó que Venezuela tuvo ese gesto en 2007 con la ex
canciller de Honduras, Patricia Rodas, tras la caída de Manuel Zelaya.
“Es una cortesía diplomática, que no la acredita como
integrante de la representación centroamericana ni dice que ella ha abandonado
su nacionalidad venezolana. Ella no se naturalizó ni se nacionalizó panameña.
Es jugar con el látigo del absurdo, ridículo, sobre todo cuando esto tiene
precedentes y en diplomacia los precedentes cuentan”, señaló.
Alcalay explicó que no se le puede impedir a un
Estado incluir en sus delegaciones a una persona a la que se le desee dar voz.
No es un tema jurídico, es un tema de solidaridad. “En un país normal,
respetuoso de las normas internacionales, se escucharía a la otra parte, en
este caso, María Corina Machado”.
Afirmó que se debía entender el contexto de la
situación. “Hay nerviosismo en el gobierno por su imagen internacional. El
momento en el que se incurre en esta acusación es cuando viene la misión de la Unasur. Se busca
asustar y criminalizar a una de las partes a las que la misión podría estar
interesada en contactar”.